A-Cérumen

A-CERUMEN y los niños

La zona «nariz garganta oídos» es el blanco preferido de numerosos virus y bacterias. Los trastornos ORL derivados en niños y bebés son una de las primeras causas de consulta del pediatra. La higiene auricular se aprende desde la edad más temprana, al igual que la higiene nasal o bucal. 
 

  • El oído del niño:

 El canal auditivo del niño es más estrecho que el de un adulto, no alcanzará su tamaño definitivo antes de los 7 años. Por eso las impurezas se acumulan más rápido en los oídos de los niños y pueden provocar la formación de un tapón de cerumen. Cuanto más estrecho es el conducto, mayor es el riesgo: es por ello que el riesgo de otitis externa es muy importante en los bebés, sobre todo, en los que nadan.

El cerumen de los bebés y de los niños es húmedo. El cerumen de un adulto, por su parte, es más denso, más seco, Una mala utilización del hisopo de algodón, puede provocar en un adulto la compactación del cerumen en el fondo del oído.

 
Debido a esta estrechez, la extracción mecánica en la consulta del ORL resulta más delicada y peligrosa en los pacientes jóvenes.  
 
  • Los riesgos de una mala higiene auricular en el niño
 
Una mala higiene auricular puede provocar en niños y bebés:
  • Acúfenos
  •  Sensaciones de oídos taponados
  •  Autofonía (sensación de eco al hablar, incrementada por el baño, la ducha o los champúes).
  •  Vértigos
  •  Riesgos de sensación de irritación cutánea
  •  Otitis externa (inflamaciones que se producen en el conducto auditivo externo, delimitado por el trago en el exterior y el tímpano en el interior. Se manifiestan por edemas de los tejidos del canal, un intenso dolor e incluso a veces supuración)



Dato importante

«Según los ORL, durante las pruebas de detección de trastornos auditivos en bebés de 6 a 8 semanas, de un 20 a un 25% de los niños consultados necesitan un lavado del conducto auditivo externo»